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Gestión del Riesgo

Gestión del Riesgo

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Los riesgos a los que nuestra empresa puede estar expuesta durante el transcurso de las operaciones pueden ser de muy diversos tipos: desde un riesgo laboral, por ejemplo el accidente de un empleado, hasta un riesgo de tipo sanitario, como el que vivimos en 2020. De hecho, cualquier actividad que realicemos tiene implícito un riesgo, ya que este se define como la incertidumbre que surge durante la consecución de un objetivo. Es decir, es cualquier evento que suceda durante el desarrollo de actividades y no haya sido planificado voluntariamente por la empresa, y que conlleva consecuencias, principalmente económicas.

La necesidad de gestionar los riesgos de una forma más homogénea llevó en el año 2009 a que ISO lance la norma 31000 sobre la Gestión de Riesgos. Es de alcance genérico y una norma no certificable, es decir, son las empresas las que se acogen voluntariamente a sus directrices en el área de Gestión de Riesgos. Esta norma ha sido actualizada por última vez en el año 2018.

Los principales beneficios que esta norma brinda a las organizaciones son:

  • Seguridad para los grupos de interés: la reducción de riesgos se expande a nuestro entorno, como proveedores y clientes.
  • Eficacia ante situaciones de emergencia: escenarios que reducen el tiempo de reacción a una emergencia.
  • Acciones para posibles amenazas o riesgos: planes de contingencia claros frente a adversidades.
  • Credibilidad y prestigio frente a nuestros clientes y por ende mayor competitividad.
  • Una cultura de la prevención en la empresa: la seguridad tomada más en cuenta por los miembros de la empresa.

Las organizaciones tienen varias técnicas para identificar los riesgos a los que están expuestas. La evaluación de riesgos según ISO 31000:2018 debe atender principalmente a los siguientes factores:

  • Generadores de riesgos tangibles e intangibles: por ejemplo la mala utilización de herramientas.
  • Las causas y los eventos: por ejemplo una falta de stock frente a un shock de demanda.
  • Las amenazas: por ejemplo, el COVID 19.
  • Las oportunidades: los puntos donde reduciendo riesgos también generamos valor, por ejemplo al dar más calidad a nuestro producto.
  • Fortalezas y debilidades de la empresa.
  • El contexto interno y externo.
  • Los indicadores generales de riesgo: en qué áreas de la empresa el riesgo es más probable.
  • Los activos y recursos de la organización: qué capacidad tenemos para afrontar el riesgo.
  • Dificultades en el acceso a la información y calidad de la misma: cómo identificar y comunicar internamente un riesgo a tiempo.
  • Mitos, sesgos y suposiciones de las partes interesadas: cómo evitar que una mirada sesgada muestre un impacto potencial menor de un riesgo.

Por esto, es importante contar con un sistema de gestión de riesgos que nos ayude a poder administrar estos riesgos de la forma más adecuada y reduciendolos al mínimo.

Desde TÜV NORD te invitamos a conocer más sobre qué implica la aplicación de la norma 31000 a través del siguiente link.


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